El capitalismo mata al 99,9% de las personas
En ocasiones ocurre que algún videojuego indie al que le tenía echado el ojo se viralizó de forma brutal, no lo digo por tirarme flores ni ir de “yo estaba allí” antes de que fuera popular, es algo normal, cuando ojeas 100 juegos independientes, añades 70 a la lista de deseados y acabas jugando a 10 pues aunque el porcentaje sea bajo alguno acaba siendo la comidilla de la semana, antes de que el gran público vuelva a esperar al siguiente lanzamiento o a jugar a la copia de dicho juego hasta que se sature el género.
Cuando ocurre con juegos que ya he jugado ni hay problema, si me pilla a mitad me aislo un poco de comentarlo por redes sociales ya no por temor a que una persona aleatoria me diga “Agustín muere” sino por intentar no alimentar al algoritmo se turno y que diga “oh, veo que te gusta Undertale, voy a pasarte el hecho de que existen varias rutas cuando ni siquiera te has terminado la primera” (no me destriparon la neutral pero si que me llegó el pleno boom hablándome de que si pacifista y genocida).
En cuanto a los juegos que se viralizan antes de que siquiera haya podido probarlos, pues simplemente me espero un poco, no suelo tener prisa por jugar un juego de estreno, a diferencia de cualquier serie que saca capítulos semana a semana y puedes teorizar que va a pasar o formar parte de un evento en vivo, una procesión donde todos caminan al mismo ritmo, la salida de un juego y su viralización es más similar a los sanfermines, toda persona corriendo a su ritmo, unos tropezando, otros subiendo por las calles y escalando muros y alguno que otro pillado por un toro solo que aquí el toro en lugar de ser una pobre criatura asustada es una carátula de Youtube que algún malnacido ha decidido ponerle en el medio y medio el giro de guión del juego o a su jefe final.
El juego como medio aunque tiene excepciones (en constante aumento) tiende a salir entero así que está más cerca de ser una serie de Netflix que una serie episódica convencional, solo puedes participar en la comunidad hablando del juego cuando ya lo acabaste o estarás en riesgo de que alguien te lo destripe. Y aunque hay jugadores de todo tipo, yo soy del que le gusta ir a un juego todo lo a ciegas posible, para que en lugar de reconocer referencias a los Jojos, disfrute de la experiencia intencional de los creadores de dicha obra.
Descubrí el juego un poco antes de su salida, la simple incomodidad que te produce mirar a aquella persona excesivamente vendada, sin párpado, observándote inquietaba y su estética me llamó mucho la atención pero simplemente lo tenía en deseados como muchos otros y cuando estalló y vi que mucha gente de bien que sigo lo recomendaba dije “vale, sube un par de peldaños en prioridad de jugar” y me puse a esperar el momento adecuado donde pudiera disfrutar del juego en calma y tuviese el cuerpo y la mente listos para el viaje que me tuviese pensado hacer.
Y hace una semana, lo empecé junto a un amigo, solemos pillar de vez en cuando algún juego de terror y o veo como lo juega, o lo juego yo o lo jugamos juntos trampeando un poco el Remote play together de Steam (funciona mucho mejor que el Parsec). En el caso de Mouthwashing me tocó a mí llevar las riendas de sus dos protagonistas.
Y… desde luego ha sido un viaje.
Conocía un poco de que iba la trama, conocía la imagen perturbadora, todo el mundo parecía adorar al personaje de Anya aunque desconociera el motivo… pero por suerte, nadie me había preparado para lo aterrador que es como simulador de currar en una empresa de mierda hasta sus últimas consecuencias.
Previo a las consecuencias del accidente, previa a las etapas jugables donde la lógica parece tirarse por la ventana, previo a los giros de guión que te hace conocer a uno de los mayores trozos de mierda que ha cagado la ficción, vemos a la empresa donde trabajan todos los protagonistas. Y si, Mouthwashing tiene a personas que son aterradoras porque por desgracia existen en la realidad, donde incluso pueden llegar a los mismos extremos si estallan, tiene momentos aterradores donde la tensión de cuando vendrá el susto es constante y tiene una de las criaturas que más cerca he tenido a vivir el terror de una criatura lovecraftiana pues su invisibilidad y nunca poder verla por completo, solo trazos del mismo e intentar comprender como siquiera me está siguiendo me parece de locos y uno de mis momentos más tensos y favoritos del juego.
Pero Pony Express… Pony Express es esa línea que al final de una película de terror hace que si aún no hay tragado saliva por todo lo que acabas de vivir te atragantes y tosas, Pony Express es el “basado en hechos reales”.
Porque lo acontecido en el juego no es más que la gota que colma el vaso, no son personajes felices rompiéndose en una situación de supervivencia, es otro peldaño más provocado por la negligencia de Pony Express, un peldaño mucho más bajo que el resto, de estos que la desigualdad te hace tropezar y abrirte los dientes contra el suelo, pero un peldaño al fin y al cabo. Esto no cambia ni justifica las acciones de los protagonistas, por supuesto, obviamente el trozo de mierda de haber querido podría usar la empresa como los villanos y responsables de todo (que lo son) para abrazar su papel de héroe o de víctima según necesite para alimentar el estiércol que sustituye la materia gris de su cerebro.
Pero muestra como seguramente, de no ser Pony Express la empresa al cargo de la nave, de no ser una empresa capitalista que busca exprimir cada gota de tí, una empresa que por lo que parece debía haber cerrado hace mucho por lo obsoleta que ya era como esas empresas que sobreviven única y exclusivamente porque sus pérdidas las compensan con las plusvalías a sus trabajadores, de no ser por este Amazon del espacio, en esta nave no habría ocurrido ninguna tragedia.
¿Que los personajes estarían viviendo una situación miserable? Seguro, por lo que te cuentan de ellos, ninguno se sentía realizado, este trabajo los tenía a todos secuestrados porque como dice Swansea “es peor que no te paguen”, pero seguirían vivos. No te cuentan que pasa al final ni las consecuencias de todo lo acontecido a la empresa, pero este caso puede considerarse como muchos de nuestro día a día de que se pudo haber evitado pero solo se toman cartas en el asunto cuando ya es tarde, cuando ya ha sucedido.
“Ese poste va acabar matando a alguien” Pero no lo arreglarán hasta que finalmente caiga, y si realmente mata a alguien, habrá medios, habrá juicios, habrá compensación económica (con suerte) a los familiares de la víctima. Pero habrá ocurrido de todas formas. Y entonces, la vida seguirá y quizá por esa zona no vayan a caer más postes, pero en otro lugar, un trozo de tierra mal excavado para hacer una carretera y que tiene toda la pinta que habrá un derrumbamiento tarde o temprano también podría evitarse. Pero no se hará hasta que finalmente se derrumbe.
Eso es Pony Express, eso es el viaje en el que nuestros protagonistas toman parte, esa nave era el poste y en los eventos del juego acaba cayendo y matando a alguien.
Pero ¿Por qué preocuparse? Si, claro, estaban haciendo un viaje en una nave que aunque obsoleta cumplía su función, la gente no estará contenta ni se sentirá realizada pero parece seguir adelante aunque sea por inercia, después de todo, hasta tienen la consideración de permitirles celebrar el cumpleaños de un solo trabajador en todo el año que lleven de viaje. Y si en el peor de los casos alguna nave sufre un percance, tampoco tendría por qué ser esta, anda que no habrá naves en Pony Express y a ninguna le ha pasado nada, claro que sí, intenta ir por ese conducto, parece peligroso pero hasta ahora nadie sufrió ningún accidente serio.
¿Por qué preocuparse de sufrir cualquier tipo de percance? Cruza la carretera sin mirar, tengo la certeza de que preocuparse por hacerlo no cambiará nada en el 99,9% de los casos. Y si justo nos pasa algo en ese 0,1%... Bueno, ya nos arreglaremos, encontraremos como arreglarlo, no dejaremos que esto nos cambie, asumiremos la responsabilidad para que no vuelva a ocurrir, seguro que sí.